San Giorgio de Donatello: un guerrero santo expuesto en el Bargello

San Giorgio de Donatello: un guerrero santo expuesto en el Bargello

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El San Giorgio de Donatello forma parte de las catorce estatuas del mecenas de las artes de Florencia esculpidas para los nichos exteriores de la iglesia de Orsanmichele. Realizada en mármol de Apuano y de 209 cm de altura, la obra data de 1415 a 1417 y fue encargada por el Arte de la Armadura y la Espada. Desde 1891 se conserva en el Museo Nacional del Bargello, después de que, en su emplazamiento original, se rompiera la nariz del santo con una piedra.

San Giorgio era un santo guerrero, por eso había sido elegido como patrón del Arte de la Hormor y la Espada, que eran fabricantes de armas. La estatua cosechó pronto un gran éxito y sigue siendo reconocida como la mejor obra del ciclo artístico de Orsanmichele y una de las obras maestras de Donatello y de la estatuaria italiana del siglo XV.

San Jorge está representado aquí como un caballero con armadura y escudo. El santo está concebido en el acto de mirar hacia el noroeste, dirección en la que se encontraban los tradicionales enemigos de Florencia (como Lucca y Milán).El gesto está resaltado por la construcción compacta y estática del cuerpo que, mediante el contraste, amplifica el gesto, subrayado también por los tendones de su cuello, las cejas fruncidas y el expresivo claroscuro de las pupilas. El efecto es típico de las mejores obras de Donatello, con una energía y una vitalidad retenidas pero perfectamente visibles.

Ya a mediados del siglo XV, la estatua se consideraba un modelo de perfección por la fiereza de espíritu y el contraste que parece surgir entre la voluntad de acción que transpira la mirada y la firmeza inquebrantable del soporte. A pesar de la armadura, que para la caracterización de la escultura es un obstáculo por la rigidez del metal que le quita toda función expresiva, Donatello ha conseguido crear una imagen viva y vibrante. La figura, de proporciones y articulaciones perfectas, se caracteriza por la armonía de las formas y una gran naturalidad. La obra destaca por su fuerte realismo y una actitud nada religiosa, de hecho puramente militar. Es la representación de un soldado en guardia, concentrado y listo para entrar en acción.

La figura domina firmemente el espacio del tabernáculo, en el que aparece. De hecho, parece que el tabernáculo no puede contenerlo ni refrenarlo. Parece que quiere salir, y justo aquí está el punto fundamental que, por sí solo, expresa toda la energía y la fuerza de la escultura.

Sin embargo, es un santo. Esto se confirma en el relieve subyacente, que representa la escena de la lucha de un caballero que libera a una princesa de un dragón. Así, comprendemos bien que este joven héroe es San Jorge. Aquí Donatello utiliza, por primera vez, una nueva técnica, llamada "el stiacciato", que disminuye el grosor de la almohadilla de forma gradual y con variaciones milimétricas para crear efectos de luz y sombra muy similares a los de la pintura.